Seguimos a vueltas con el precio del petróleo que, recordamos, ha empezado la semana con mínimos realmente bajos, a la altura de precios del año 2010, y, con una tendencia a no mejorar al menos a corto plazo. Dentro de este proceso, en el que la oferta está superando de largo a la demanda, se incorpora un nuevo elemento polémico pero relevante; el informe de la OPEP del mes de septiembre donde se apunta hacia determinadas direcciones como culpables de los precios actuales.
Con las dos principales referencias del crudo manteniendo su rumbo a la baja (el Brent ya instalado por debajo de los $88) resulta muy interesante acercarse al informe de los países productores ya que, nos sitúan en un escenario conocido pero desde un punto de vista un tanto diferente.
¿Qué está pasando con el precio del petróleo? en este post te lo contamos
Hasta ahora se venía afirmando que el bajo pulso económico mundial y la desaceleración de los emergentes contribuirían a una demanda más baja de lo usual que, en combinación con una producción al alza (Estados Unidos el próximo año alcanzará niveles de producción históricamente altos) eran los principales responsables de los precios del crudo, sin embargo, según los países productores hay un elemento que está jugando un papel relevante; la especulación.
Se señala directamente a los hedge fund y en definitiva a la inversión especulativa como responsable en buena medida de la situación actual. Afirman los países productores que las posiciones netas especulativas sobre el Brent han caído a un mínimo de dos años, alrededor del 85% desde los niveles récord en el mes de junio. También afirman que los gestores de capitales y los hedge funds disminuyen sus posiciones largas netas de manera clara durante los últimos tres meses. Sobre el papel el sentimiento del mercado sigue siendo alcista, pero, la salida del juego de aquellos de donde realmente procede buena parte de las órdenes de compra sobre la producción parece estar marcando un modelo de acción.
Además de lo anterior, y como buena muestra del estado de las cosas, ni siquiera los propios países productores se muestran excesivamente optimistas de una reversión de la situación a corto plazo, de hecho, descartan que a medio plazo vaya a producirse un aumento en la demanda de crudo, lo cual significaría un proceso de estancamiento mientras la oferta no deja de crecer debido a los altos niveles de producción.