Las materias primas más demandadas por los inversores son las que tienen característica de ser cíclicas, como el platino y el paladio, y los metales industriales son los preferidos, según una encuesta realizada por ETF Securities. Esta encuesta se ha realizado a 450 profesionales, y afirman que los inversores continuarán apostando por las materias primas en 2014. El platino, el cobre y la plata fueron las tres mejores opciones individuales, con el platino en primer lugar con un 31% de inversores eligiéndolo como su favorito, seguido por el cobre con un 26%. La plata, por su parte, fue elegido como el producto con mejor rendimiento para 2014 con previsiones de un 15%.
El platino se utiliza en catalizadores de coches diesel, en la fabricación de joyas y la demanda industrial. La demanda de fabricación excluye las compras de platino para inversión. El paladio por otro lado se utiliza en catalizadores de coches de gasolina, así como también para catalizadores bimetálicos en vehículos diesel y usos industriales. El paladio también es utilizado en el sector de la joyería y en el dental.
El oro también generó un fuerte interés (elegido por el 13%), y sigue siendo el refugio por excelencia ante los potenciales riesgos financieros y para el crecimiento en 2014. El oro ha logrado crecer por encima del nivel de los 1.300 dólares por onza. Este metal gana más del 1,2%, situándose en torno a los 1.315 dólares. Tras un 2013 en decadencia, puso fin a una racha de doce años de ascensos. Este año el oro ha reactivado su crecimiento.
Estas subidas han estado motivadas, por la búsqueda de refugio de los inversores, después de las tensiones en torno a los mercados emergentes. Este aumento se debe en parte a la reciente revalorización del euro y la expectativa de subidas de tipos de interés a medio plazo. El oro podría prolongar su escalada hasta los 1.350 dólares (un 2,6% por encima del nivel actual). Sin embargo, la mayor parte de los analistas se mantienen reacios respecto al potencial del oro en 2014, ya que los bajos niveles de inflación y la confianza en que las bolsas se mantengan en positivo reducen su atractivo y su rentabilidad futura en comparación con la que puedan obtener de la bolsa.