La pasada reunión semestral del Consejo de la Organizacion Internacional del Café arrojó algunas conclusiones un tanto alarmantes en relación al suministro para los años 2015 -2016, las consecuencias de la sequía que ha afectado a la cosecha brasileña podía repercutir de manera grave en el conjunto del suministro y efectivamente generar para el período señalado un déficit.
Según las propias estimaciones del gobierno brasileño su cosecha para el presente ejercicio ascendería a 45,1 millones de sacas esto en la práctica supondría un 8% menos que en el mismo periodo del año anterior.
Cara al presente ejercicio las reservas tanto los exportadores como los importadores pueden compensar este déficit sin embargo, en adelante el suministro va a depender de los posibles efectos climatológicos sobre las cosechas. En este sentido se debe tener en cuenta que la recogida del anterior ejercicio en el caso de Brasil fue una cosecha récord, esto, motiva la existencia de unas reservas millonarias (en el caso de Brasil 15 millones de sacas) que de momento no han dejado entrever una repercusión directa, sin embargo, la bajada de reservas va a un llegar a una atención extrema a la evolución de las cosechas próximas, ya que, otro periodo de sequía como el que ha atravesado el país podría traducirse efectivamente en un déficit de suministro verdaderamente preocupante.
Dentro de las preocupaciones que este escenario proporciona esta sin duda el hecho de la volatilidad en el precio que provocaría una demanda creciente no satisfecha ante un retroceso de la producción, obviamente, además del impacto general, Brasil quedaría mucho más vulnerable acumulando un segundo proceso de sequía.
Por tanto, la amenaza es real y dependiente de algo tan poco controlable como el desarrollo climatológico cara a las próximas cosechas, por lo que tanto productores como exportadores se encuentran en situación de prealerta y por supuesto muy atentos a la evolución que la situación pueda generar.
