Hasta no hace mucho, los expertos fijaban un horizonte para el petróleo en torno de los 100 dólares el barril, sin embargo, la crisis de Grecia, las dudas sobre la unidad de la zona euro y sus verdaderas posibilidades recuperación, han llevado a que el oro negro cayera un 20% desde el máximo marcado este mismo año.
Tan sólo a principios de mayo el barril de Brent cotizaba a poco más de 89 dólares, su precio más alto desde finales de 2008. Sin embargo, una caída continuada ha llevado a que su precio descienda un 20 por ciento, hasta los 71,2 dólares.
El petróleo, ahora, se encuentra a merced de la aversión del riesgo que ha vuelto a los mercados como consecuencia del recrudecimiento de la crisis fiscal en la zona euro. Parecen no tener fin, las ramificaciones de lo que se inició con la rebaja de la calificación de Grecia.
De este modo, los inversores, por un lado temen que el crecimiento que se preveía sea mucho menor, y que como consecuencia directa de una menor actividad económica, la demanda de petróleo sufra un descenso respecto de las previsiones de principios de año.
Por otra parte, como consecuencia de las fuertes fluctuaciones que han azotado los mercados, los inversores han emprendido el éxodo de inversiones de mayor riesgo como la Bolsa o el petróleo, y se han dirigido hacia alternativas más seguras, como como los bonos americanos o alemanes.
Sin embargo, no todo está perdido para el “oro negro”. Los analistas tienen fe en el desenvolvimiento futuro del petróleo y con ello, lo sitúan en torno de los 86 dólares el barril hacia finales de este año.