Lanzar una marca propia o fabricar para otros

 

Es la gran disyuntiva que desvela a la industria alimentaria. Respecto a fabricar para terceros, pocos empresarios se arriesgan con esta opción, pues aún quedan vestigios de aquellos mitos que rodeaban a las marcas blancas, como el hecho de que implicaban una menor calidad o eran producto de excedentes de producción, o el hecho de no conocer al fabricante, todo esto aun persigue a quienes se dedican a fabricar para otros.

Y eso que recientemente se ha conocido que España es el país europeo donde mayor tasa de marca blanca se consume, según los datos presentados por Aecoc (Asociación que agrupa a la industria alimentaria y a distribuidores). Concretamente, el país cuenta con una cuota de mercado en valor del 39,8%.

La crisis ha modificado la cesta de la compra de los españoles, que apuestan más por el consumo de  las marcas blancas, ya que un 42% de los hogares considera que su situación económica ha empeorado en el último año.
Las compañías que fabrican para otros, bajo la denominación de marca blanca, pueden garantizar un determinado nivel de calidad debido a que las grandes superficies se centran en la comercialización, y el fabricante dispone de más recursos en el proceso de producción.

Un ejemplo que podemos citar es Grupo Liven, dado que este grupo aprovecho “un hueco en el segmento de la elaboración de productos a base de maíz tanto en España como en Europa, pues no se fabricaba género de este tipo”. Eso, unido a su vocación exportadora, fueron los detonantes que arrancaron una maquinaria en el año 1990, que le ha llevado a ser líder en Europa en la fabricación de palomitas microondas y maíz reventón.

Un año después de la puesta en marcha del Grupo Liven, comenzó la exportación de productos. «Nuestro primer pedido ya era para fuera de España», asegura el principal responsable.
Veinte años después, y con sólo tres fábricas repartidas por España, el Grupo Liven (formado por cinco empresas vinculadas al sector alimentario) ha conseguido tener presencia en 85 países de todo el mundo, a los que exporta su gama de aperitivos y productos tex mex. Su objetivo ahora pasa por ampliar y consolidar los productos que ya ofrecen en esos países, mayoritariamente europeos.

Montagut no ha olvidado, sin embargo, la segunda vía de negocio: la de contar con una marca propia, algo que considera completamente compatible con la fabricación para terceros, segmento en el que están ya consolidados. Hace cuatro años se sumergió en un segmento nuevo, el de la comida étnica, a través de su marca Zanuy, con la que ha llegado al consumidor final.

El ejemplo de Liven, no es único. Son muchas las compañías del sector alimentario español que se han decantado por la fabricación de sus propias marcas y también por la del distribuidor, cuya percepción por parte de los consumidores está evolucionando de tal manera que en la actualidad valoran la calidad y el precio, y se desprenden de los perjuicios que tradicionalmente han rodeado a las marcas blancas. Otros ejemplos son:

  • AhorraMas
  • Alcampo
  • Aldi
  • Alimerka
  • Carrefour
  • Caprabo
  • Consum
  • Dia
  • El Árbol
  • El Corte Inglés
  • Eroski
  • Froiz
  • Gadis
  • Hipercor
  • Hiperdino
  • Lidl
  • Lupa
  • Makro
  • Mercadona
  • Schlecker
  • Supersol
  • Unide

Según un estudio de la Federación Agroalimentaria de UGT, dos tercios de las 100 mayores empresas alimentarias españolas están presentes en las dos vías de negocio. Y deciden brindar respaldo a las materias primas fabricando productos, ya sea para terceros o bien para su propia marca.
Lo más importante y que deben realizar los inversores es controlar todo el proceso de producción, desde la materia prima hasta el producto acabado, y dice el dicho “El que no arriesga, no gana”. Invertir en el 2010 ha sido la clave, y muchos lo han cumplido.