La demanda de los países asiáticos impulsa el precio de las materias primas y con ello la recuperación de múltiples economías mundiales, principalmente las de Latinoamérica.
Dado que la mayoría de los países latinoamericanos como Chile, Brasil, Perú, Colombia, Argentina, Bolivia y Venezuela son exportadores de productos primarios. Para ellos, el repunte de la demanda global, consecuencia del aumento del consumo y producción que significa la lenta pero segura recuperación de la crisis económica, implica un afluente importante de ingresos que acelerará la salida de la crisis para estos países.
La crisis económica mundial demostró a estos países productores que una desaceleración de las economías asiáticas les resulta mucho más dañino que una contracción en Estados Unidos y Europa.
El crecimiento de las economías latinoamericanas, por tanto, están fuertemente vinculadas al desarrollo de las relaciones comerciales con Asia y como consecuencia de ello, el avance del precio de las materias primas.
Si estos países saben aprovechar la coyuntura del momento y fortalecer con medidas gubernamentales de inversión en los sectores primarios, es evidente que tienen un potencial de crecimiento importante ligado a la evolución de la demanda de materias primas de Asia.