En este segundo trimestre del año, hemos vivido un repunte en los precios de las materias primas, propulsados por la recuperación de la economía global y los temores inflacionarios.
De todos modos, los precios de muchas materias primas están en la mitad del nivel que disfrutaban hace 12 meses y persiste la incertidumbre acerca de cuándo comenzará el repunte global y cuánta fuerza tendrá. El alza perdió fuerza en la última parte del segundo trimestre en medio de las preocupaciones de que los precios habían subido más de la cuenta.
Ese periodo estuvo muy influenciado por China. A mediados de junio, el Banco Mundial elevó su proyección de crecimiento para este año en ese país de 6,5% a 7,2%, aludiendo a una «política fiscal y monetaria muy expansiva». Las políticas de estímulo económico del gobierno chino y el aumento en los préstamos de los bancos repercutieron en los mercados globales de commodities.
Los precios del petróleo, por ejemplo, fueron impulsados por el récord en las ventas de autos en el gigante asiático, que crecieron 55% en mayo, según la Asociación China de Autos de Pasajeros. Además, China redobló sus esfuerzos para acaparar materias primas, lo que produjo un salto en las importaciones de soja, petróleo y cobre.
Diversos analistas -los optimistas- resaltan que las materias primas están en medio de un alza de largo plazo producto de las presiones inflacionarias y la reanudación de la actividad económica que se avecina.