Es sorprendente el cambio que se produjo en la tendencia y las expectativas que rodean los precios del té. La sequía que está afectando a los principales países exportadores de té y el estancamiento de precios que ha sufrido esta materia prima durante los últimos diez años provocó que su producción haya caído al punto de que los precios ya se han disparado un 25% en lo que va de 2009.
La sequía que están atravesando Kenia, Sri Lanka e India, que en conjunto representan más del 50% de toda la producción a nivel mundial, afectó severamente los cultivos. Esto se tradujo rápidamente en un incremento de los precios. El precio del té ha alcanzado su máximo histórico. El té de mayor calidad ha alcanzado la cota de 3,97 dólares por kilogramo, un 36% por encima de 2008 y el doble del cierre de 2005.
Los analistas prevén que el precio de esta materia prima seguirá subiendo. Se espera que luego diez años de estancamiento de precios en la industria, estos avancen un 15% en los próximos 12 meses. Esta expectativa está fundada en el mantenimiento estable de los niveles de demanda, (a pesar de la crisis mundial), sumado a las paupérrimas cosechas registradas.
Como se espera que la producción de té siga a la baja y el precio incrementándose podrían aumentar el número de plantaciones con el objetivo de hacer negocio por parte de los productores.
Este avance del precio del té para los productores afecta a las empresas encargadas de su comercialización, que ven cómo la reducción del abastecimiento aumentará sus costes y en consecuencia disminuirá la rentabilidad de los productos comercializados.
Como contrapartida al comportamiento del té, para el café se espera un mercado mucho más estable, sin grandes variaciones. Las estadísticas vaticinan que el café arábico toque a finales de este año los 130 centavos por gramo, frente a su precio actual de 127,65 centavos. Es decir, tiene un potencial de 2,3%.