La fiebre de los metales

 

La crisis financiera ha provocado ciertos cambios en el mercado de los denominados “activos duros”, es decir, los metales.

Hasta hace muy poco tiempo, el oro era considerado la materia prima de las joyas y las monedas y el aluminio un metal para fabricar aviones y latas de gaseosas. Sin embargo, hoy, más del 75% de las existencias de aluminio están atadas a grandes operaciones financieras.

Los metales, como el oro, la plata, el cobre, el aluminio, el platino, etc, se han convertido por sobre todas las cosas en instrumentos financieros. Los inversionistas están cada vez más interesados en invertir en estas commodities, y es por eso, que en algunos casos observamos apreciaciones de más del 135%.

Ya hemos comentado, que más allá del valor de refugio que puede encontrarse en metales como el oro o la plata, los ahorristas de todo el mundo no han dejado de mostrar gran interés en los metales industriales, cuyo precio está creciendo a toda marcha.

En cuanto al oro, varias veces hemos comentado las formas de lograr una adecuada exposición en este metal, como podría ser adquirir el propio lingote, monedas, fondos cotizados ETF, o directamente en acciones de las compañías mineras.

Si dirigimos la mirada a la plata, una de las alternativas más sencillas para invertir es mediante la utilización de los fondos cotizados. Uno de gran aceptación es el ETF SLV, que replica el precio de la Plata física.

Los interesados en apostar al aluminio pueden hacerlo a través de ETFs tales como el DBB, que replica una canasta de futuros de Aluminio, Cobre y Zinc; y que subió 70% en los últimos 12 meses; o de acciones de empresas del sector. Se estima que entre 75% y 90% de las reservas físicas de aluminio están atadas a acuerdos de arbitraje financiero que aprovechan la diferencia entre el precio contado y el precio futuro.

Interesantes opciones más en un contexto de recuperación y vuelta al crecimiento.

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